Este agosto hice un pequeño viaje a Toledo, donde quedé maravillada por la ciudad y su patrimonio cultural. El casco antiguo de Toledo se encuentra en una elevación de 100 metros sobre el serpenteante río Tajo. Si habéis ido allí y habéis hecho un poco de turismo, habréis sufrido sus empinadas y estrechas calles pero también las escaleras de acceso a la ciudad. Estos 100 metros de desnivel constituían una gran ventaja de defensa frente a los enemigos, pero suponía una desventaja en el suministro de alimentos y agua. ¿Cómo lograban vencer estos 100 metros de altura para poder llevar el agua a la ciudad?
Deja una respuesta