En la entrada sobre Toledo introdujimos algunas de las formas de acceder a agua que tenían los toledanos. En esa entrada nombramos los aguadores o azacanes que subían el agua desde el río hasta la ciudad, pero también hablamos sobre pozos y aljibes.
Los pozos son perforaciones verticales que se realizan para alcanzar la capa freática de los acuíferos. Sus paredes solían asegurarse para evitar su deterioro y derrumbe, puesto que en el caso de que esto ocurriera, se perdía el abastecimiento en este pozo y éste debía volver a cavarse. Los pozos se situaban tradicionalmente en el entorno de las viviendas o zonas residenciales como en el patio de la vivienda o en una zona común para varias viviendas. Si estaban ubicados en un área común o en una plaza los pozos constituían un lugar de peregrinación y congregación diario.
Existe gran cantidad de información sobre este tipo de patrimonio hidráulico y son ampliamente utilizados en la actualidad para nuestro abastecimiento. De hecho, el abastecimiento de la ciudad de Castelló de la Plana está garantizado gracias a una red de 19 pozos que extraen el agua del acuífero de la Plana.
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