Breve introducción a los molinos hidráulicos de la provincia de Castellón

En la Cátedra, comenzamos el 2020 con fuerza pues acabamos de publicar el libro ” Patrimoni històric hidràulic: molins.” de libre descarga a través de este enlace. En este libro, quedan reflejadas las charlas de los ponentes de la “I Jornadas de Recuperación de Patrimonio Histórico Hidráulico: Molinos hidráulicos” que realizamos en junio de 2017.

Para abrir boca, os dejamos en esta entrada del blog la introducción que escribió Sergio Chiva, director de la Cátedra, sobre la historia de los molinos hidráulicos en la provincia de Castellón.

En la provincia de Castellón, disponer de agua no ha sido fácil: cuando el agua se tiene, es siempre de forma irregular. Han sido necesario siglos y siglos de esfuerzos e ingenio de los habitantes de nuestra tierra para configurar un entorno adecuado, capaz de optimizar la escasez del agua, y de atender las necesidades de desarrollo de la sociedad. 

Este esfuerzo ha creado, a lo largo de los siglos, una cultura de respeto y de aprovechamiento del agua que se testimonia en las improntas que han ido dejando las diferentes civilizaciones que han poblado la provincia. Todo este legado constituye un patrimonio histórico muy valioso, que necesita ser atendido y conservado; no solo por el valor patrimonial en sí, que tiene, sino por la cultura del agua inculcada a nuestras comarcas, y que nos ha permitido llegar a ser la sociedad que somos.

Fuente: Rosario Arnau

De este patrimonio, uno de los elementos más representativos en la provincia es el molino harinero. En las comarcas de Castellón contamos con más de cuatrocientos, distribuidos a lo largo de los cursos de los ríos; y durante siglos han sido puntos vitales para el desarrollo, e iconos del esfuerzo y del ingenio en el aprovechamiento del agua.

Los molinos existen desde el inicio de la humanidad para producir la molida del grano; molinos rudimentarios de mano ya aparecen en el neolítico. Es con la romanización cuando empieza la construcción de las primeras máquinas para la molida, que se inicia con el uso de animales o esclavos, y que conviven inicialmente con los molinos hidráulicos ya similares a los que perduran hasta la edad moderna.

Si ya con los romanos aparecieron molinos de agua, fue con los musulmanes, y su transformación agrícola, que se introdujeron artefactos tecnológicamente más avanzados, como los molinos de agua a presión, que se extendieron a través de la zona mediterránea. Se trataba de una verdadera innovación, mucho más eficiente que los molinos de rueda vertical abundantes en otras zonas europeas. Estos molinos fueron habituales en la zona mediterránea que va desde la Cataluña meridional hasta Murcia y las Islas Baleares.

Fuente: Cátedra Facsa

Como hemos dicho, los molinos son un legado histórico, que desde la época andalusí han ido incluyendo novedades tecnológicas, y a lo largo de la historia han visto ampliadas las estructuras y construcciones, así como sus usos. Pero los molinos no se pueden entender sin el ecosistema de canales, acequias y ríos, así como el regadío asociado, cosa que da pie a pensar en un sistema de varios molinos. Son sistemas hidráulicos que incluyen la red de canalizaciones, alquerías, campos de riego y molinos, localizados con coherencia para que resultan útiles y no interfieran con los diferentes elementos que constituyen este ecosistema. Ejemplo claro de esto podemos encontrar en Artana, Veo, Ares o la Sierra de Espadán.

Durante la reconquista por Jaime I y el periodo de su consolidación, hasta muy entrado el siglo hasta los siglos XIV, los molinos hidráulicos no sufren cambios técnicos sustanciales; de hecho, muchos de ellos mantendrán la misma tecnología hasta el siglo XIX. El que cambia en este periodo es la posesión de los molinos. En muchos casos son propiedad del noble o rey, y son arrendados a molineros que a cambio del pago de una tasa los operan por periodos cortos. En otros casos son dados a los repobladores, pero son librados a caballeros, la Iglesia o la incipiente burguesía, los cuales tenían que pagar una renta a la hacienda real, y a su vez también los arrendaban a molineros profesionales. Pero para la población el sistema se mantenía: era un monopolio señorial controlado, en el cual para la molida de grano todo el mundo tenía que pagar una tasa por su uso, y que no presentaba posibilitado de libre elección de molino para una población dada.

Es a partir del siglo XV que los molinos empiezan a pasar en manos de la burguesía, se inicia la economía de mercado, y se ve un aumento del número de molinos disponibles, pero sin una tendencia clara ni una relación directa con la explosión demográfica, y en la cual factores como la peste negra o la expulsión de los moriscos pesan de forma importante. A partir de finales del siglo XVIII, a las comarcas del que ahora es Castelló se produce un aumento de las tierras disponibles, un desarrollo de la sociedad y un aumento demográfico, que pasa en apenas un siglo a triplicar su población, produciéndose un aumento de la producción de cereales, y con esto nuevos conjuntos de molinos. Pero los nuevos molinos se solían construir en puntos donde ya existían otros más antiguos, produciendo conjuntos de molinos notables como los de los ríos Molinell, Lucena del Cid, Palancia, Noria o Millares. Pero no sólo en los ríos, sino en las huertas históricas como las de Castelló de la Plana, Almassora, Vila-real o Borriana también aparecieron molinos destacables.

Hasta el siglo XIX los principales molinos son harineros, para moler grano, a los cuales hay que añadir el progresivo aumento de los molinos para arroz. Pero además hay que tener en cuenta los molinos industriales, más complejos y con novedades tecnológicas, sobre todo los dedicados a los tejidos (batanes), y los dedicados a la industria del papel. Ejemplos de batanes podemos encontrar en Castelló, Benicàssim, Morella o Sant Mateu.

A partir de 1800, con las revoluciones industrial y burguesa, produjeron cambios que permitieron la liberalización en la construcción de los molinos, aunque estos se veían limitados por los permisos para el acceso al agua, controlado en acequias, canales y ríos. Podemos decir que hasta 1900 se produjo un gran auge en la construcción de molinos, llegando al mayor número de molinos de la historia; pero a partir de los años 20-30 del siglo XX se inicia una lenta decadencia del uso de los molinos. No es fácil saber el número de molinos que han existido, puesto que muchos de los molinos se han ido transformando, y otros desapareciendo. Hay que destacar como trabajo de referencia a la provincia de Castelló el inventario realizado por Benjamín Barberà, el más completo de todos los existentes.

Fuente: Cátedra Facsa

A finales del siglo XIX y principios del XX, algunos molinos se transformaron, utilizando el salto de agua para colocar turbinas productoras de electricidad, naciendo lo que se denominó como fábricas de luz. Pero la aparición de fábricas productoras de harina fue el detonante para la gradual desaparición de los molinos, que sólo en la época de la posguerra tuvo un repunte para compensar las estrecheces impuestas en el control de la harina. Hay que destacar que algunos molinos, en la época de industrialización a mitad del siglo XIX, se convirtieron en fábricas textiles o papeleras, como el caso de la fábrica Giner en Morella. Prácticamente ningún molino no llegó activo a finales del siglo XX.

El molino típico valenciano es el molino hidráulico de carrete horizontal. Se trata de molinos que utilizan saltos pequeños hidráulicos porque a través del impacto de un rayo de agua se mueven las palas de un rodete que mueve la muela que produce la molida. El agua es captada desde una balsa, río, canal o acequia. La estructura típica de un molino es de dos salas, una superior, o sala de muelas donde está la muela y las máquinas auxiliares para las tareas de moltura, y una inferior, Carcau, donde está el rodete que impulsa la muela al chocar el agua en sus álabes. El agua cae por una rampa para salir a presión por el pany o botana. El chorro choca contra los álabes produciendo el movimiento. Desde la sala donde está la muela se puede controlar el caudal. El engranaje del molino consta de una eje vertical, usualmente de madera, llamado árbol, que se une a la muela mediante una pieza de metal denominada lavija. En la parte inferior, el eje descansa sobre una pieza de metal en forma de cono llamada aguja. El carrete con los álabes, realizado de madera, se colocaba entre el eje y la aguja. El eje, con su punta inferior de metal, rueda apoyado sobre un pieza metálica cúbica, denominada dado, que descansa sobre un banco de madera. 

Para el control del grado de moltura se podía regular la altura de la muela. El grano se aboca en la tolva, un recipiente troncocónico que deja caer el grano al ojo de la muela. Las muelas son dos: la superior que gira y la inferior que está fija. Una vez pasa por la muela, el grano ya molido se convierte en harina. Alrededor de la muela se coloca una pieza de madera circular, el harinal, que recoge la harina y la deposita en la harinera.

Un caso de estudio es el conjunto de molinos harineros de Culla al río Molinell. Allí, en uno de los cortijos (lo Molinell), se sitúa un conjunto de seis molinos. En la zona se dan frecuentes afloramientos de aguas, cosa que ha facilitado su uso escalonado para alimentar el conjunto de molinos. Su molino más antiguo, el molino de Toni, fecha de la época andalusí. Es un conjunto representativo del uso y costumbres de los habitantes que poblaban el entorno en las diferentes épocas. También es un ejemplo de la situación actual de los molinos, mal mantenidos los que se restauran y en abandono los restantes. Ejemplos de conjuntos de molinos también los podemos encontrar al municipio de Coves de Vinromà. En este caso solo vestigios del que fue un importante conjunto de molinos harineros que también se remontan en algunos casos a la época andalusí.

Fdo.: Sergio Chiva

    Categories :

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

    Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

    Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

    Cerrar