Topofílicos 2: Ireneu Castillo

En este mes de mayo, seguimos con nuestra sección de entrevistas a apasionados del patrimonio hidráulico o, como aprendimos en la primera entrada, topofílicos.

En esta entrevista os presentamos a Ireneu Castillo, escritor e historiador natural de Barcelona pero bien enraizado en L’Hospitalet de Llobregat y escritor del blog Memento Mori! . Un buen amigo relacionado con el mundo del patrimonio y la historiografía local lo describió como “un hombre del Renacimiento del siglo XXI” por lo que seguro que tendrá muchas cosas que contarnos.

Pregunta: ¿Cómo surge tu pasión por el patrimonio? ¿y por el patrimonio hidráulico en concreto?

Respuesta: La verdad es que tampoco tengo constancia de haber tenido un momento de “epifanía” con el patrimonio. De hecho, las “piedras viejas” me han atraído desde que era niño. Pasear de las manos de mis padres por el barrio gótico de Barcelona, recorriendo las intrincadas callejuelas viendo las oscuras piedras de los edificios medievales y los restos de las murallas romanas, siempre me produjo una especial fascinación. Fascinación que he mantenido, extendido e incrementado con el paso de los años y según tomaba conciencia de la historia que esconden aquellos antiguos edificios. El patrimonio hidráulico entraría también en el “saco” de mis intereses arcanos, debido, sobre todo, al hecho de que estamos en un país donde el abastecimiento de agua ha sido -y aún es- históricamente trascendental y problemático.

P: ¿Qué has hecho relacionado con patrimonio? 

R: Soy presidente de la asociación Perseu, dedicada a la defensa del patrimonio de L’Hospitalet de Llobregat, con la cual hemos promovido muchas actividades para salvaguardar el patrimonio de una ciudad tan maltratada en el ámbito patrimonialista como ésta. Por otro lado, todo arranca del movimiento social en favor de la defensa de los últimos 125 metros que quedaban del Canal de la Infanta en L’Hospitalet y que estaban en peligro por el desarrollo de un proyecto urbanístico que no observaba su conservación. Un movimiento (materializado en la plataforma “Protegim el Canal de la Infanta”) que lideré sin comerlo ni beberlo, pero que consiguió diversos hitos, como la modificación del proyecto del ARE de La Remunta para mantener la traza, la conservación de uno de los puentes del siglo XIX que estaba sentenciado a ser derruido, la declaración del Parlament de Catalunya de la importancia histórica del Canal de la Infanta para el país y la necesidad de su conservación. No obstante lo realmente importante fue que despertó una creciente concienciación ciudadana por el mantenimiento del patrimonio histórico de las ciudades por donde pasa el Canal de la Infanta. Unas ciudades, sobre todo L’Hospitalet que, en buena parte debido a ser considerados suburbios crecidos de la inmigración de los años 60-70 ,no tenía ningún tipo de movimiento social en defensa de este legado histórico, más allá de los círculos académicos locales. Por suerte, a día de hoy, la preservación del Canal de la Infanta está en las agendas municipales (a pesar de las diferencias de sensibilidad entre las administraciones implicadas) cuando hace menos de 10 años era un absoluto desconocido. Sea como sea, solo es un paso y hay mucho trabajo que hacer.

Ireneu Castillo entrevistado por los medios.

P: ¿Qué dificultades te encuentras en la recuperación del patrimonio?

R: En L’Hospitalet nos hemos encontrado todas. Absolutamente todas. Partimos de la base que en esta ciudad mal llamada “suburbial” no había ningún tipo de conciencia social de la necesidad de preservar el patrimonio, de tal forma que se perdía continuamente y nadie hacía nada, a parte de resignarse a perderlo. Esta inacción social daba rienda suelta a la especulación urbanística más salvaje y, a la vez, justificaba que la administración local no hiciera ningún movimiento conservativo más allá de lo estrictamente legal. En este panorama “bajo cero”, el movimiento del Canal de la Infanta se encontró que este canal despertaba el sistema límbico de una gran cantidad de gente que había vivido cerca de él y despertaba sus vivencias de juventud. Ello nos indujo a pensar que la base de la recuperación del patrimonio es su divulgación, ya que no se puede querer aquello que no se conoce. De esta forma, dándolo a conocer y haciéndolo cercano, el conjunto de la sociedad hospitalense empezó a valorar de nuevo aquel patrimonio que formaba la ciudad y que hasta aquel momento se desconocía, lo que llevó a presionar a las administraciones en pos de su conservación. El gran problema que tenemos ahora los “patrimonialistas”, pese a los grandes avances conseguidos, es que las inercias de tantos y tantos años de actuar con total impunidad cuestan horrores de frenar, lo que significa que has de dejarte la piel para conseguir cualquier pequeño objetivo. Por el contrario, en las poblaciones donde ya hay conciencia patrimonial el consenso social en beneficio del patrimonio es mucho más fuerte y más eficaz, siendo la base de cualquier recuperación.

P: ¿Qué elemento destacarías del patrimonio hidráulico y por qué?

R: Como no podía ser de otra forma, barreré para casa y destacaré el Canal de la Infanta. Ello es debido a que, en 1819, cuando entró en funcionamiento, supuso una auténtica revolución al ser el primero de promoción privada de Catalunya, lo que permitió poner en regadío la parte del delta del Llobregat más cercana a la ciudad de Barcelona y convertirlo en un vergel conocido como “La huerta de Europa”. Esta situación enriqueció los seis municipios por donde pasa (Molins de Rei, Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí, Cornellá, L’Hospitalet y Sants -posteriormente absorbido por Barcelona) que crecieron ostensiblemente e hicieron de efecto llamada a la inmigración. Paralelamente, los saltos fueron aprovechados para poner incipientes industrias que, aprovechando la fuerza hidráulica, serían el germen de los potentes núcleos industriales del Baix Llobregat durante el siglo XX. De esta forma, el actual área metropolitana de Barcelona no se entiende sin el concurso del Canal de la Infanta a pesar de ser un gran desconocido para sus habitantes.

P: ¿Por qué crees que es importante la conservación del patrimonio hidráulico? ¿qué puede aportarnos en la actualidad?

R: Si soy sincero, creo que la conservación del patrimonio hidráulico no es, en sí, ni más ni menos importante que la conservación del resto del patrimonio, ya que todo él es una herencia de las generaciones que nos precedieron y, como tal, merece ser conservado. Con todo, el patrimonio hidráulico nos habla de las relaciones del ser humano con su entorno geográfico y climático más directo durante la historia, así como de su grado de dependencia y su capacidad de adaptación a una realidad cambiante. Actualmente el desarrollo técnico hace que una canalización, un molino o un azud sean detalles obsoletos o triviales pero, hasta no hace mucho, construir alguna de estas infraestructuras suponía un gran esfuerzo colectivo en beneficio del progreso del territorio. Mantener ese patrimonio, por tanto, es vital para comprender de donde venimos, como respondimos y, por tanto, saber hacia donde vamos y como debemos responder. En estos tiempos, en que un virus es capaz de parar el mundo, el patrimonio hidráulico nos habla del trabajo de toda una comunidad para tirar adelante en condiciones adversas y como, con mucho sacrificio y solidaridad, consiguieron avanzar. Una enseñanza que, a estas alturas, está más viva que nunca en esas “piedras viejas” a las que demasiada gente no da ninguna importancia.

 

    Categories :

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

    Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

    Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

    Cerrar